25 abril 2021
Si estás interesado en modificar tu alimentación por una cuestión de respeto a los animales o por conciencia medioambiental, antes debes conocer las diferencias entre ser vegetariano y vegano. Vegetariano es la persona que no consume carne ni pescado, mientras que las personas veganas no ingieren ningún tipo de producto de procedencia animal (huevos, leche, miel…)
Hacer un cambio en la alimentación implica formación y conciencia pues “va a ser tu forma de vida, tienes que colaborar, debes aprender a cocinar, porque si no, es imposible”, según manifiesta la farmacéutica y nutricionista Clara Rodríguez.
Lucía Pacheco y María Martín iniciaron hace años una dieta vegetariana porque descubrieron la realidad de la industria cárnica. María ya ha dado el paso al veganismo, retirando de su vida alimentos, cosméticos e incluso ropa que implican explotación animal. Lucía, sin embargo, siente gran pasión por el queso y otros alimentos que contienen leche, pero no niega que pronto dará el salto gracias a la gran oferta de productos veganos que existen en los supermercados. Y aquí está la clave de una dieta beneficiosa, tal y como nos explica Clara Rodríguez, “lo importante es consumir productos variados dentro del abanico de posibilidades que tenemos, así se logra el equilibrio”.
Todo tipo de dieta tiene sus ventajas y desventajas, lo relevante es conocerlas y subsanar los inconvenientes para obtener un buen estado de salud. La nutricionista Rodríguez expone que una dieta vegana proporciona un nivel inferior de grasas saturadas, por lo que el colesterol se ve favorecido. Por el contrario, las personas veganas y vegetarianas sufren una ausencia de vitamina B12 fundamental para el sistema neurológico, por ello deben injerirla en forma de pastilla. “Yo siempre tengo mi bote de B12 a mano, me la tomo una vez a la semana y ya puedo estar tranquila”, admite Lucía Pacheco.
Control médico
El equilibrio de nuestro cuerpo se basa en la alimentación, por esta razón es importante realizar controles clínicos una vez al año, no importa si tu dieta es omnívora o vegana. “La frecuencia debe ser la misma, salvo que haya una deficiencia, en ese caso hay que acortar el tiempo del control”, aclara la nutricionista. Tanto María como Lucía reconocen que, aunque no contaran con un profesional a la hora de modificar la dieta, sí que tuvieron presente la importancia de realizarse analíticas anualmente, “desde que mi médico vio que me iba bien comiendo así, no se preocupó más”, manifiesta la joven vegana.
Pese a que el movimiento es cada vez más grande, ambas solicitan una mayor oferta gastronómica. “He aprendido a comer de manera diferente y he probado alimentos nuevos, sin embargo, sí tengo ganas de que cada vez haya, por ejemplo, más opciones veganas (más allá de las ensaladas/papas fritas) en todos los restaurantes”, reclama María Martín.
El éxito está en el equilibrio
Y aunque todos pensemos que una dieta vegana implica un hábito de nutrición más saludable, no es así. Lo importante es la forma en la que se ejecuta. “No hay que ser radical con nada, hazte reconocimientos para ver cómo estás de vez en cuando, cuida la calidad de lo que comes, cuanto menos elaboradas estén las cosas, mejor. Yo quitaría del mapa el azúcar”, manifiesta Clara Rodríguez.
La forma en la que te alimentes determina tu salud. Por tanto, siempre que necesites ayuda, acude a un profesional.