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Día Internacional de la Mujer 2023 en GastroCanarias CLEMENCIA RAMOS, 90 AÑOS Y LA MITAD VINCULADOS A LA COCINA EN EL RESTAURANTE ‘CRUZ DEL CARMEN’ Durante años ha regentado junto a su marido, Julián Fernández, el popular restaurante Cruz del Carmen.
El próximo 23 de octubre de este 2023, Clemencia Ramos Rodríguez cumplirá, Dios mediante, 90 jóvenes y sabrosos años de vida. Y viene lo de “sabrosos”, porque Clemencia Ramos lleva más de la mistad vinculada a la cocina del veterano y popular restaurante Cruz del Carmen, en La Laguna, que, precisamente este año, está cumpliendo 75 años. En una jornada en la que celebramos el Día Internacional de la Mujer, recordar la trayectoria de Clemencia Ramos Rodríguez, es todo un homenaje a tantas mujeres que han luchado a lo largo de su vida personal y profesional y, en nuestro caso, además y concretamente, un homenaje a todas las cocineras de Tenerife, Canarias y el mundo.
Clemencia Ramos Rodríguez, 90 años dedicados a la Cocina Popular de Canarias • Cocina uno de los mejores pucheros canarios de Tenerife y presume de su demandado plato, las “Papas Bravas de Doña Cleo”
José Carlos Marrero / GastroCanarias
08 marzo 2023

Con una sonrisa casi permanente en la boca y a punto de cumplir 90 años, Clemencia Ramos está jubilada, pero raro es el día en que no va al mismo restaurante Cruz del Carmen, en La Laguna, que fundaran el año 1948 el abuelo y el padre de su marido, Julián Fernández, y que actualmente regenta con gran éxito su hijo Roberto. Cariñosamente todo el mundo la sigue llamando Cleo y, sin duda alguna, estamos hablando de una mujer hecha a si misma, desde que nació en Chinamada, el 23 de octubre de 1933 ha estado luchando y trabajando de forma ejemplar

 

Comenta Clemencia que, después de un corto noviazgo de pocos meses, se casó con Julián el año 1956, cuando ella tenía 23 añitos, y asegura que nunca se separó de él, ni de día ni de noche. De su matrimonio nacieron dos hijos, excelentes personas y grandes profesionales, cada uno en lo suyo. El mayor, Julián, nació en 1959 y es médico especialista en radiodiagnóstico. El segundo, Roberto, nació en 1965 y es un magnífico empresario que regenta con gran profesionalidad y éxito el restaurante que fundara su familia y que este año está cumpliendo 75 años de sabrosa trayectoria. Dos hijos que han dado a Clemencia cuatro maravillosos nietos.

 

Clemencia Ramos Rodríguez pelando papas junto a su hijo Roberto Fernández Ramos.

 

Allá por el año 1952 y por la friolera de 5.000 pesetas, Julián Fernández compró a su padre un pequeño terreno con un cubículo de zinc y se quedó en solitario al frente de la apasionante pero complicada aventura de regentar un restaurante  para dar de comer a los excursionistas que transitaban por el precioso Monte de Las Mercedes, una de las joyas de la laurisilva canaria. Cinco años después, en 1957, Julián y Clemencia se casan y es cuando la buena de Cleo se incorpora al restaurante aportando su valía, su empuje y su trabajo.

 

La carta era pequeña, pero muy sabrosa y contundente, con platos tradicionales de la cocina canaria como el Conejo en salmorejo, Perdices estofadas (que compraban a los cazadores de la zona), rancho canario, la carne de cabra y, por supuesto, el Puchero canario. Clemencia puede presumir hoy en día y con mucho orgullo de que en el restaurante Cruz del Carmen y con la rigurosa supervisión de su hijo Roberto, se puede degustar uno de los mejores pucheros canarios de Tenerife y de todo el archipiélago. Actualmente hay comensales que van al restaurante Cruz del Carmen exclusivamente para degustar el puchero que durante años cocinara Clemencia Ramos, que lo sigue vigilando de reojo.

 

Impresionante imagen de un plato de Puchero Canario elaborado en el restaurante Cruz del Carmen, en La Laguna.

 

 

Recuerda y comenta Clemencia que bajaban caminando desde el monte y subían la mercancía en guagua. En aquellos primeros tiempos el servicio de guaguas contaba al día con un solo trayecto de subida y bajada al monte desde La Laguna. El agua para fregar la loza y los calderos la cogían de una galería cercana. Inicialmente no se pagaban impuestos. Con el tiempo optaron por licitar en la concesión municipal que sacó el Ayuntamiento de La Laguna y obtuvieron la concesión que hoy en día sigue en vigor. Juntos ahorraban todo lo que podían y, tal como reconoce Clemencia, el bueno de Julián era muy cuidadoso con el dinero y siempre lo supo invertir, realizando en el establecimiento varias reformas que, a lo largo de los años, le han llevado a ser el gran restaurante que sigue siendo.

 

En cualquier caso, Clemencia no olvida los primeros años y cuenta las adversidades que en muchos momentos tuvieron que pasar. Los bancos no eran muy proclives a facilitar el dinero y Clemencia cuenta que Julián pedía algún préstamo a Quintín Melo Benítez, conocido prestamista de La Laguna en aquella época. Don Quintín lo concedía y le iban pagando poco a poco. Clemencia recuerda que aquel sistema salvó muchos negocios, muchas economías laguneras. Pero también apunta las dificultades y especiales condiciones de trabajo con las que ella y su marido tuvieron que lidiar durante años.

 

La electricidad, la red de agua potable y el alcantarillado llegaron a la Cruz del Carmen allá por el año 2000 y antes Julián y Clemencia tenían que abastecerse de electricidad a base de dos grupos electrógenos para mantener las neveras (que por la noche se apagaban en previsión de posibles incendios en el monte). El hielo para los refrescos lo compraban en la fábrica de la Dársena Pesquera y las frutas y verduras en la Recova de La Laguna, donde todos los recoveros y recoveras tenían un especial aprecio por Julián y que hoy continúen teniendo por Clemencia.

 

Plato de Rancho canario elaborado en el restaurante Cruz del Carmen (La Laguna)

 

Todo el esfuerzo y trabajo durante años permitió a Clemencia viajar por el mundo junto a Julián y disfrutar de la vida, mientras sus hijos estudiaban y compatibilizaban los estudios con muchas horas echando una mano en el restaurante y regentándolo presencialmente cuando en algún momento Clemencia y Julián estaban de viaje.

 

Cabe reseñar que una joven, pero voluntariosa Clemencia Ramos, aprendió a cocinar con gente que sabía y que le fueron transmitiendo sus conocimientos y trucos. Sobre todo, una hermana de Julián. Y también Clemencia aprendió que, para sacar un establecimiento de restauración en un lugar tan apartado, todos debían estar dispuestos y preparados para hacer cualquier cometido necesario.

 

Hoy en día, a las puertas de cumplir sus 90 años, Clemencia Ramos Rodríguez está como una rosa, goza de buena salud y sigue sin perder las mañas. Es raro el día que no pasa por el restaurante y hace compañía a su hijo Roberto y a todo el personal que la respetan como si madre suya fuera. Y, por supuesto, Doña Cleo no ha perdido su mano para la cocina, echa ojo a lo que cada día están cocinando y ayuda en algo. Sobre todo, y a modo de “hobby”, Clemencia se pasa horas y horas pelando a mano papitas canarias, que luego utiliza en uno de sus platos estrella: las Papas Bravas de Doña Cleo.

 

Plato de las “Papas bravas de Doña Cleo”, en el restaurante Cruz del Carmen

Lo dicho. En una jornada en la que celebramos el Día Internacional de la Mujer, recordar la trayectoria de Clemencia Ramos Rodríguez, es todo un homenaje a tantas y tantas mujeres que han luchado a lo largo de su vida personal y profesional y, en nuestro caso, además y concretamente, un homenaje a todas las cocineras de Tenerife, Canarias y el mundo.

 

4 Responses to CLEMENCIA RAMOS, 90 AÑOS Y LA MITAD VINCULADOS A LA COCINA EN EL RESTAURANTE ‘CRUZ DEL CARMEN’

  1. Mary Glez. dice:

    Certifico todo lo relatado en este artículo maravilloso, que justifica con toda veracidad y exactitud el sacrificio y buena disposición de Clemencia en toda su exquisita gastronomía.
    No podemos dejar de mencionar el buen vino de la zona del cual se encargaba Julián de que estuviera en la mesa para saborear ese gran zumo de uva en su punto.
    Un buen homenaje a una familia que continúa de generación en generación deleitándonos con nuestra mejor comida canaria, elaborada a fuego lento, con materia prima del entorno y con el cariño que le ponen a cada plato¡
    Gracias por este legado que no quedará en el olvido.¡Enhorabuena!!💪♥️♥️🥰

    • José Carlos Marrero dice:

      Muchas gracias por su mensaje. Clemencia es realmente una mujer extraordinaria y por eso nos pareció que no había mejor manera de celebrar el 8-M que dedicándole estas líneas.

  2. julian dice:

    Muchas gracias por este precioso regalo para la abuela Cleo. Su generación sí que practicaba la vida “heroica” al mas puro estilo ribera sacra, salir de las montañas a buscarse la vida al 20% de D. Quintín Melo, y gracias. Te felicito por este relato tan bonito y por brindarle este homenaje el día de la mujer trabajadora. Todo un ejemplo de mujer.

    • José Carlos Marrero dice:

      Nos alegra que le gustara. Nosotros hemos disfrutado conversando con ella y con la energía que tiene.

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