29 diciembre 2020
Alexei Prokopiv es un cocinero ucraniano que aterrizó en Tenerife para llevar a cabo su profesión con el principal hándicap del idioma. Sin embargo, como él bien dice a GASTROCANARIAS, lo importante es cómo trabaja uno en los fogones y conquistar a los comensales con las distintas elaboraciones. Es un claro ejemplo de esfuerzo y constancia.
¿Dónde naciste, cuál es tu “patria chica”?
Nací en Ucrania
¿De qué añada eres?
Nací en 1987
Alex nació en un año que se declaró Año Internacional de la Vivienda para las Personas Sin Hogar, por la ONU.
¿Te llaman de alguna otra manera, tienes algún pseudónimo?
No, me conocen por Alex.
¿Cuál es el primer ingrediente, plato o sabor de la cocina que recuerdas de tu infancia?
El primero recuerdo que tengo de mi infancia con especial cariño es el plato Dumpling, un frito de carne de ternera que se hacía con la masa de la cerveza. Me lo daban siendo un niño y mi padre casi siempre se enfadada, porque era pequeño para estar comiendo eso que tenía algo de cerveza.
Por el contrario, ¿tienes algún producto o plato que no puedes tragar o al que le tienes manía desde tu infancia?
Muchos, pero, sobre todo, las hierbas con fuerte sabor, como, por ejemplo, la albahaca.
¿Algún ascendiente que fuera cocinero o “cocinilla” en tu casa: abuela, abuelo, madre, padre…?
Sí, mi madre, aunque la cocina en su época (coincidía con la Unión Soviética) era diferente a la actual. Cuando yo nací ya no se dedicaba a la cocina.
¿Cuándo y cómo empezaste a interesarte por la gastronomía y, más concretamente, por la cocina?
Comencé a interesarme por la gastronomía cuando tenía 16 años coincidiendo con un verano en el que me dieron la oportunidad de trabajar para saber cómo de duro era. A esa edad estaba prohibido trabajar, pero yo lo hice en el restaurante de unos amigos de mis padres. No me gustaba trabajar, sinceramente. Luego, con 18 años me ofrecieron trabajar durante tres meses en otro restaurante para aprender de verdad lo que era la cocina y ahí me gustó mucho hasta el punto de que les gusté a mis jefes y me ofrecieron quedarme trabajando, siempre y cuando pudiera compaginarlo con mis estudios de cocina. Desde entonces, no he parado de trabajar y de interesarme por la gastronomía.
¿Cómo aprendiste a cocinar, quién te enseñó los primeros pasos?
La cocina de ahora comparada con la de antes es totalmente distinta. Aprendí cocina con las personas con las que trabajaba, pero los primeros pasos realmente me los enseñó mi madre.
¿En qué momento de tu vida supiste o llegaste a la conclusión de que querías ser cocinero?
Llegué a la conclusión de que me quería dedicar profesionalmente a la cocina desde pequeño, porque me gustaba mucho comer y pensé que si aprendía a cocinar y a trabajar con la materia podría probar nuevas fusiones y mezclas antes que esperar a que las inventaran.
¿Cómo reaccionó tu familia, qué te dijeron tus padres cuando les dijiste que querías estudiar para convertirte en cocinero?
Mi familia no reaccionó bien, no les gustó mi decisión, porque decían que era un trabajo para toda la vida, muy duro, del que no ganas mucho dinero.
A partir de aquel momento, ¿cómo te formaste profesionalmente como cocinero para llegar hasta donde has llegado?
Me formé profesionalmente en una escuela en Ucrania.
De todo lo que has aprendido y cómo lo has aprendido… ¿qué crees que es lo más importante a la hora de formarse en cocina?
Es una pregunta complicada, pero diría que se aprende con la práctica y que en cocina todo es importante, aunque lo que más, cocinar pensando en que lo haces para un miembro de tu familia, porque así pondrás todo tu cariño, sabor y corazón en cada plato.
¿Crees fundamental o importante que un cocinero domine algún idioma complementario al suyo propio?
Sí, creo que es necesario que un cocinero domine algún idioma complementario, porque yo cuando llegué a España no sabía hablar español. Mi primer trabajo como cocinero fue en un japonés y las primeras palabras que aprendí fueron salsa “añadulce”, hasta que luego supe que se decía agridulce y no “añadulce”. No saber idiomas genera problemas a la hora de comunicarte con los comensales. A mí me pasa cuando tengo que hablar en español con la clientela.
Volviendo a la infancia y repasando tu trayectoria, ¿tienes algún recuerdo gastronómico que recuerdes especialmente de tu infancia?
Recuerdo un plato típico de Ucrania que se hace con queso fresco y se sirve en los desayunos. Es una especie de Cheesecake en la sartén.
¿Cómo es la cocina que te gusta, la que te hace feliz, la que te llena y te motiva profesionalmente?
He trabajado varios tipos de cocina y no puedo decirte uno que me guste más, pero creo que al final en todas las culturas los platos son más o menos iguales, pero con nombres diferentes.
En cuestión de paladares… ¿tienes algún sabor que te marque o que te haya marcado?
Me gustan los sabores mezclados en un solo plato.
En aromas… ¿tienes algún olor que te atraiga especialmente en la cocina?
No lo había pensado, pero seguro que el olor de las hierbas.
¿Quién es o ha sido tu cocinero o cocinera de referencia?
No te puedo decir un cocinero o cocinera de referencia, porque hay muchas personas que me enseñaron varias cosas de las que sé hoy en día y les debo mucho.
¿Cuál es tu especialidad en la cocina, la receta que mejor te sale en el restaurante Jaxana?
No lo sé. Si no me sale un plato lo practico hasta que me sale. No solo cocino como me gusta, sino que tengo dueños y una jefa de sala, y tengo que buscar la aprobación de todos.
¿Es complicado conciliar la vida de pareja o familiar con la profesión de cocinero?
En mi caso muchísimo. Mi novia sigue en Ucrania y no estamos en el mejor momento para vernos, yo no puedo salir de Tenerife y ella no puede salir de Ucrania. La echo mucho de menos.
Si es que lo tienes, ¿cuál es tu ingrediente “fetiche” o el que te da buena suerte en tus platos?
No tengo ninguno. Te diría la sal y la pimienta, pero no la uso en todas mis elaboraciones, porque no todos los platos pueden tener el mismo sabor.
Cuando te metes en los fogones cada día, ¿sueles pensar en algo o en alguien?, ¿para quién cocinas?
Cuando entro en los fogones solo pienso en la organización y, por ende, en el cliente. Si todo está organizado le podremos dar un buen servicio al cliente. Además, me reitero en lo de antes, hay que pensar que cocinamos para un miembro de nuestra familia.
Un dilema complicado, ¿cocinero empleado en un restaurante o cocinero empresario y tener tu propio establecimiento?
Tengo muchas ganas de abrir mi propio restaurante. Hace cuatro años que llevo con esa idea en la cabeza y no he dado el paso porque no sé cómo será recibido por los clientes y porque la situación no es la más estable ni adecuada para invertir y poder perderlo todo.
¿Qué opinas de la llamada cocina “kilómetro cero? ¿Es un concepto que llevas a la práctica en tu día a día profesional?
Apuesto por el producto local, pero en Tenerife es complicado conseguir algunos productos y otros no tienen mucho sabor, como el pepino. Luego hay otros productos que por necesidad deben ser exportados de fuera.
¿Tienes algún deseo o sueño gastronómico que te gustaría hacer realidad como cocinero?
Mi sueño ahora mismo es acabar con la distancia entre mi novia y yo, porque estar juntos cambiaría mi actitud en la vida. Si tuviera que decirte un sueño gastronómico sería seguir creciendo como profesional y vivir más experiencias con otros chefs estrella Michelín. Durante toda mi trayectoria trabajé con algunos y aprendí mucho de ellos, quiero seguir trabajando con los grandes y seguir formándome en este apasionante mundo de la gastronomía.
Si un hijo tuyo te dice que quiere ser cocinero y dedicarse profesionalmente a la cocina, ¿qué le dirías?
Le diría que no lo haga, no porque no tenga respeto por la cocina, sino porque sé lo difícil que es el camino hasta llegar al punto de amar la profesión y tener pasión por lo que haces. Hay que currar “como un loco” y si trabajas rápido puedes descuidar la cocina y tener problemas. Por tanto, si a mis hijos les llegase a gustar lo que hago y quieren aprender, yo acepto a enseñarles, pero en casa.
Sigue sorprendiéndonos cada día, Alex. Tu cocina es pura magia. Gracias