• Debemos intentar conseguir el llamado "pan para torrijas", que viene a ser un pan con bastante miga y más bien compacta. Este pan, además, debe ser del día anterior.
• Cortamos el pan en rebanadas de más de un centímetro para que las torrijas tengan suficiente consistencia.
• Calentamos la leche e infusionamos las ramitas de canela. Si te gustan más dulces puedes echarle a la leche azúcar y así tendrán otro toque. Esperamos a que hierva sin dejar de remover para que no se pegue la leche en el fondo.
• Preparamos en una fuente plana las rodajas del pan y dejamos enfriar un poco la leche para que no ablande demasiado el pan.
• Una vez enfriada la leche, empapamos con cuidado todos las rodajas de pan.
• Preparamos a parte los huevos batidos y calentamos el aceite en una sartén.
• Una vez empapadas las rodajas de pan las pasamos por el huevo y las freímos en el aceite, bien caliente.
• Las freímos hasta que tomen un color dorado y después las escurrimos y las ponemos en papel secante para quitar el aceite sobrante.
• Podemos decorarlas con un poquito de azúcar y también podemos poner canela en polvo.

Para celebrar las fechas de Carnaval no hay nada mejor que unas torrijas. Este dulce es típico de las celebraciones de Cuaresma y Semana Santa en España. Antiguamente se utilizaba para la recuperación de mujeres que acababan de parir, pero en la actualidad es una receta muy popular de esta época, buenísima e ideal para desayunos y meriendas. Su asociación a la cuaresma se debe tal vez al aprovechamiento del pan sobrante que, durante el tiempo en el que no se puede comer carne era menos consumido. En algunas zonas del país se consume con grandes cantidades de whisky el Domingo de Resurreción.