La vieja, en sus diferentes variedades y colores, es uno de los pescados más apreciados por los canarios. Su carne es delicada y de un sabor especial, por lo que le van muy bien las preparaciones sencillas que no la enmascaran. Lo acostumbrado es acompañarla con papas arrugadas o guisadas sin piel, aceite de oliva virgen extra, vinagre de vino del país y pimienta picona (del tipo chili, no confundir con la pimienta en grano). También con un ‘mojo verde’.
Se suele consumir muy fresca, aunque en algunas islas se prepararan con ellas las “jareas”, piezas secadas al sol y al aire (“aireadas: jareadas”), tras un muy ligero proceso de salado.
No existe unanimidad en cuanto al tamaño ideal de la vieja “de ración”. En esta receta nos inclinamos por la que va, entera y con cabeza, de 500 a 750 gramos (de mediana a grande).