11 noviembre 2022
Metidos ya de lleno en la campaña navideña, el santacrucero restaurante y wine bar Sabela acogió la presentación de los champagnes de la bodega francesa Mailly, que llega a Canarias con la distribuidora Premium Drinks. A diferencia de otras marcas más conocidas, que compran uva a distintos productores locales, los espumosos de Mailly se elaboran con viñedos propios. Poseen 70 hectáreas en la montaña de Reims, donde cultivan las variedades pinot noir (75%) y Chardonnay (25%).
Su origen se remonta al periodo entreguerras, cuando un grupo de 24 familias de viticultores decidieron unirse para conseguir un mejor precio para sus cosechas. Corría entonces el año 1929 y el crack económico de Wall Street, preámbulo de la Gran Depresión, fue el primer escollo al que tuvieron que hacer frente para lograr que sus burbujas tuvieran éxito. En la actualidad, Mailly produce 500.00 botellas, de las que un 70% se exporta a 35 países. Sus principales mercados europeos son Gran Bretaña y Alemania.
Valérie Aigron, es la directora comercial de la compañía. De visita en Tenerife por primera vez, la ejecutiva explicó porque España no está dentro de la lista de grandes consumidores de champagne: “Aquí se asocia a las fiestas, a celebraciones especiales, en cambio para nosotros, en Francia, es una bebida cotidiana, comemos a diario con champagne”.
El terroir chic
Sinónimo de elegancia por fuera, Aigron hizo hincapié en que dentro de cada botella de Mailly “hay una filosofía sólida», alejada de imposturas. Sus uvas son “de la más alta calidad”, recalcó. El pueblo de Mailly, del que la Maison toma el nombre, es uno de los escasos 17 que están calificados como Grand Cru, al considerarse que tiene el suelo óptimo para las viñas. Además, la compañía hace una agricultura sostenible, certificada por su gestión eficiente del agua y un uso reducido de químicos.
Una de las características que diferencia a esta casa frente a otras, mucho más grandes y emblemáticas, es el valor que dan al terroir (terreno) y ese punto chic que consiguen defendiendo los matices de cada una de sus parcelas para conseguir burbujas complejas y con personalidad.
En sus fincas obtienen una media de 12.000 kilos de uva por hectárea, que en el mercado local se vende a 7,5€ el kilo. La casa elabora nueve variedades de vinos en tres gamas: Clásicos, De Parcela y Heritage.
Durante la presentación degustamos tres referencias. La primera fue el brut Réserve de la gama Les Classiques (75% Pinot Noir – Chardonnay 25%), elaborado con vinos de más de 600 parcelas Grand Cru y un 30-40% de otros vinos envejecidos en barrica de roble de 10 añadas diferentes. Tal vez por falta de frío, la potencia de carbónico resultaba un poco excesiva, aunque al mismo tiempo favorecía para disfrutar de sus notas frutales.
Tras las preliminares llegaba el momento de catar el Mailly Blanc de Pinot Noir, de la gama Composition Parcellaire. Está elaborado con uvas de parcelas seleccionadas de la ladera norte de la montaña de Reims, donde aseguran que la variedad encuentra las condiciones ideales para dar su máxima expresión.
Para exaltar la diversidad del terreno, vinifican cada finca por separado y tras un mínimo de 15 meses de envejecimiento en bodega realizan el coupage en busca de un color bonito, efervescencia fina y abundante, nariz aromática, un sabor con clase y acidez equilibrada.
Junto a la sofisticada copa del Blanc de Pinot Noir degustamos una suculenta tosta Benedictine Sabela de aguacate, panceta ahumada crujiente, huevo poché y salsa holandesa casera, que algunos de los jefes de sala y chefs asistentes a la presentación amenazaron con copiar para sus brunchs.
Valérie Aigron finalizó la presentación con el Rosé (Pinot Noir 90%- Chardonnay 10%) de la misma gama Composition Parcellaire. Elaborado con vides antiguas de Pinot Noir y métodos artesanales, este rosado de uva tinta y blanca es una especialidad de la casa, que destaca por la flor roja en nariz y las notas dulces de fruta con un punto cítrico que le aportan buena acidez y profundidad. Resultó un acierto la elección de la tarta de queso para finalizar el brunch con un brindis de Rosé.
El precio de las tres referencias de Mailly que se comercializan en Canarias ronda los 50€, lo que lo sitúa en la media de la categoría en las Islas.