El primer antecedente confirmado de la tarta de queso lo encontramos en la Antigua Grecia. En la cultura clásica, el queso era considerado una fuente de energía. De hecho, era el alimento principal de los atletas que participaban en los Juegos Olímpicos. La receta se le atribuye al autor Ateneo, y su preparación era muy sencilla. Solo había que triturar el queso e introducirlo en una olla de cobre. A continuación, se añadía miel y harina y se dejaba enfriar antes de servir.

El Imperio Romano llevó la tarta de queso a otras partes de Europa y del mundo entero, lo que aumentó en gran medida su popularidad. En cada región, la receta se adaptó a los gustos y tradiciones gastronómicas locales. En el siglo XX, la cheesecake se convierte en uno de los estandartes de la cocina norteamericana. Especialmente en las cafeterías y restaurantes neoyorquinos, donde cada establecimiento tiene su propia versión de la receta.

Este postre es muy popular en distintos rincones del planeta. En Italia, es habitual incorporar mascarpone, ricota y miel. En Grecia (la actual, no la antigua) se prepara con queso feta. Los alemanes prefieren el cottage. Y en Japón encontramos un postre similar confeccionado a base de claras de huevo y almidón de maíz.

Elabóralo tú mismo:

Los ingredientes que necesitas para la base de la tarta de queso son:

Galletas tipo Digestive o María: 120g.

Mantequilla sin sal: 60g.

Los ingredientes del relleno de la tarta de queso son:

Queso crema (tipo Philadelphia): 450g.

Nata para montar o crema de leche para batir: 200g.

Yogur natural: 135g.

Azúcar blanca: 130g.

Huevos de tamaño mediano: 3 unidades.

Maicena o almidón de maíz: 20g (2 cucharadas).

Zumo de limón exprimido: 1 cucharada.

Extracto de vainilla: 1/2 cucharada.

Elaboración de la receta:

1.- Precalentamos el horno a 180º.

2.- Mientras se va calentando el horno, preparamos la base de la tarta. Trituramos las galletas en un vaso de batidora. Fundimos la mantequilla en el microondas o al baño maría, a continuación, la añadimos a las galletas molidas, mezclamos bien y vertemos en un molde desmontable con papel de horno en la base y en el lateral, aplastamos bien la mezcla de galletas para que quede una base lisa y compacta.

3.- Horneamos durante 10 minutos con calor arriba y abajo; pasado ese tiempo, la retiramos del horno y dejamos enfriar en la nevera como mínimo 1 hora y media.

4.- El siguiente paso será el relleno. En un recipiente ponemos el queso de Philadelphia y el azúcar para mezclarlos con una batidora de varillas. A continuación, vertemos el yogur y la nata o crema de leche, de nuevo, volvemos a batir muy bien.

5.- Añadimos a la mezcla los huevos de uno en uno y vamos removiendo para que queden bien integrados. Luego, añadimos la vainilla y el zumo de limón. Volvemos a mezclar bien, y, por último, tamizamos la maicena. Lo removemos todo para que se mezclen bien entre ellos.

6.- Vertemos la mezcla en el mismo molde en el que teníamos la base. A continuación, horneamos la tarta a 180º durante 40 minutos con el calor arriba y abajo.

7.- Transcurrido este tiempo, dejamos la cheesecake a temperatura ambiente para que se vaya enfriando. Luego, la llevamos a la nevera durante unas horas para que se termine de enfriar por completo.