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Desarrollo Rural Un día inolvidable entre espigas doradas El XVII Encuentro de Siega Tradicional Diego Pérez, celebrado este domingo en Los Realejos, busca poner en valor el cereal y recuperar la cultura popular de los campesinos locales rememorando prácticas ancestrales vinculadas a la agricultura
Laura Docampo / GastroCanarias
07 agosto 2023

La brisa sopla muy suave y mece las espigas doradas que tapizan las tierras fértiles de las cumbres tinerfeñas. A un lado, el Teide, al otro, laderas escarpadas con la inmensidad del mar al fondo. La quietud de una mañana de domingo de verano, en la que el calor aprieta y el sol cae a plomo, se interrumpió ayer en Icod El Alto (Los Realejos) con el bullicio de una veintena de segadores dispuestos a ejecutar el ritual de la cosecha como se hacía antaño. Algunos superaban los 90 años pero entre el trigo demostraron su oficio y se movían con una destreza difícil de imitar para los más jóvenes.

El domingo los relojes retrocedieron en el camino rural La Quilla de Icod El Alto. Una veintena de segadores de Los Realejos, La Guancha, La Laguna y San Juan de la Rambla, junto a asociaciones de mayores, parrandas y jóvenes del pueblo protagonizaron el 17º Encuentro de Siega Tradicional Diego Pérez. La iniciativa fue organizada por el Ayuntamiento de Los Realejos con la colaboración de Fundación Tenerife Rural, Aula de la Naturaleza Rambla de Castro, Asociación de Cereales de Tenerife (ACETE), Asociación Ecuestre La Trilla y Canarias en Ruta.

El objetivo de esta actividad, que se celebra desde 2004, es poner en valor un producto agrícola básico de nuestra dieta, como es el trigo con el que se elabora el gofio, en especial la variedad Barbilla que es la más extendida y apreciada por su alta producción de granos y paja. Asimismo, es una manera de homenajear a los agricultores de las tierras fértiles de Icod El Alto, donde se concentra la mayor producción de cereal de la Isla. Por este motivo, antiguamente se le llamaba Icod de los Trigos.

El concejal de Desarrollo Rural de Los Realejos, Alexis González, elogió la labor que realizan los agricultores de este enclave para mantener las tradiciones y a la vez cuidar la fertilidad de la tierra rotando los cultivos de cereales en sus parcelas y plantando alternativamente papas bonitas y leguminosas.

A mediodía los segadores, y también algunas segadoras, cortaron el trigo con guadañas ataviados con vestimentas típicas de campesinos. Armaron mollos, o fardos, de trigo y los cargaron sobre una mula, como se hacía antes para llevar el cereal por el camino rural hasta la era. La jornada terminó con una comida campestre, como antiguamente era costumbre. La música la pusieron el grupo folclórico Los Trigales, de Icod El Alto, y el grupo Los Cochineros, del municipio grancanario de Ingenio. La delegación de la isla vecina realizó un hermanamiento y, de paso, participó de la primera reunión de trabajo de una comisión bilateral creada por ambos municipios con defender su riqueza etnográfica.

El cereal es uno de los cultivos más importantes de Los Realejos. Alexis González detalló que la papa abarca el 33% del terreno cultivable, seguida de la viña mientras que los cereales rondan el 10%. «Estamos intentando incrementar este porcentaje con la ayuda de ACETE, el Cabildo de Tenerife y otras organizaciones para luchar contra las plagas que tenemos, aumentar nuestro paisaje agrario y, a la vez, frenar el abandono de tierras de cultivo», recalcó el edil.

La sequía de este año ha mermado el rendimiento de todos los cultivos, también el del trigo. El responsable de Desarrollo Rural aseguró que si bien el año pasado la producción superó los 40.000 kilos, «este año no llegará ni a la mitad porque no llovió ni en marzo ni en abril».

Ingenio y Los Realejos defienden el oficio de cochinero

En municipios de Ingenio y Los Realejos prosperaron hasta los años 80 los cochineros, un oficio que consistía en salir a vender lechones de cochinos por los pueblos. En Icod El Alto, un centenar campesinos, de los 1.500 habitantes que tenía esta localidad en la década del setenta, vivían de esto. Su importancia para la economía local y el patrimonio histórico de la zona queda reflejada en el monumento que rinde tributo a este oficio en la plaza de la iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje.

Los cochineros salían de sus casas con una mula cargada de 10 o 15 lechones en las raposas (cestas con tapa) y recorrían toda la Isla vendiendo los animales vivos. «Solían tardar unas dos semanas en volver a sus casas», rememora Alexis González. Ahora, las corporaciones de Los Realejos e Ingenio han constituido una mesa de trabajo para rescatar su historia popular y dar a conocer los antiguos oficios.

La Siega Tradicional lleva el nombre de Diego Pérez en homenaje póstumo al vecino de Los Realejos que fue el primer presidente de la Sociedad Cooperativa Icod de los Trigos. Todos los protagonistas de la jornada de ayer recibieron una placa conmemorativa del evento de manos del consejero insular del Sector Primario, Valentín González Évora, y el edil realejero.

Cada año, Juan Antonio Jorge Peraza, experto en desarrollo rural, fue quien relató la siega y entrevistó, micrófono en mano, a algunos de sus protagonistas para que el público pudiera entender y aprender de todo lo que sucedía. Entre los asistentes había dos grandes grupos de senderistas que participaron de las dos rutas organizadas en la mañana del domingo, una bajo el título ‘Ruta del cereal‘ estuvo coordinada por el Aula de la Naturaleza Rambla de Castro dentro del programa municipal ‘Actúa Verde’, y la otra, llamada ‘Icod el alto, un macizo de bronce y oro‘, fue organizada por Canarias en Ruta.

 

 

 

 

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