16 octubre 2018
En honor a sus padres, Marimar decidió bautizar sus dos viñedos con los nombres Don Miguel y Doña Margarita; el primero está situado en Russian River Valley, a 15 km del Pacífico, mientras que el segundo se encuentra en Sonoma Coast, unos 5 kilómetros más cerca del océano; en total suman 32 hectáreas de viña. Plantó las primeras cepas de Chardonnay y Pinot Noir entre 1986 y 1988, y construyó la bodega en 1992 a imagen de una masía catalana. Hoy, Marimar Estate elabora seis referencias con estas variedades y también una con Albariño, y cuenta con el certificado de sostenibilidad que otorga la California Sustainable Winegrowing Alliance, de acuerdo con el compromiso medioambiental que siempre ha mantenido la Familia Torres.
En la cata ofrecida en el salón gastronómico, Marimar presentó estas seis referencias para hablar del presente, pero también quiso recordar sus inicios con el descorche de un Pinot Noir de la añada 1992, el primer vino tinto que elaboró en California que, “sorprendentemente, aún está en excelente forma, con una fruta muy expresiva, a pesar de proceder en su día de una viña muy joven”, comentó la bodeguera, que se mostró entusiasmada al constatar su excelente evolución. Este vino, procedente del viñedo Don Miguel, pasó a llamarse años más tarde La Masía, para diferenciarlo de las otras referencias que empezaba a elaborar. La añada actual, del 2014, es según Marimar, “un vino alegre, sensual, con fruta brillante y un estilo muy clásico del Russian River Valley”. Contrasta con el estilo más europeo de Mas Cavalls, también de la añada 2014 pero del Viñedo Doña Margarita, donde las temperaturas son más frías y la influencia del océano más notable.
Cristina es el nombre del vino icono de Marimar Estate, llamado así en honor a su hija que en algunos años tomará el testigo de la bodega. Al igual que La Masia, también procede del viñedo Don Miguel. “Es una selección de barricas que representan muy fielmente el terroir del viñedo y tienen más potencial de envejecimiento; el vino también pasa más tiempo en barrica de roble francés, un total de 18 meses”, ha comentado Marimar.
En el apartado de los blancos, La Masía Chardonnay fue el primer vino que elaboró Marimar, una vinifiación clásica y fermentación en barrica, que se ha convertido en una de sus referencias más reconocidas. Es elegante y untuoso y ha envejecido en roble francés durante nueve meses. En cambio, Acero Chardonnay, como su nombre indica, no tiene contacto con la madera y resulta en “un vino expresivo, de gran intensidad aromática”, en palabras de su creadora. Es un vino que empezó a elaborar en 2005, antes de consolidar otro de sus proyectos: su primer vino elaborado con una variedad española.
Marimar escogió la cepa Albariño ya que consideró que el clima gallego tenía semejanzas con el californiano y la variedad podría adaptarse bien. Su sorpresa fue descubrir que en el Viñedo Doña Margarita, más cercano al mar, no terminaba de madurar por lo que tuvo que replantarla en el Viñedo Don Miguel y pudo elaborar la primera añada en 2010. La añada 2016, según Marimar, muestra “el carácter clásico del Albariño pero matizado por el sol de California, que le otorga una nota alegre y vibrante”.
Marimar Torres se siente afortunada de haber convertido su sueño en realidad y poder elaborar los vinos que le gustan. Incansable y tenaz, después de su éxito con el Albariño, ha empezado a elaborar un vino de Tempranillo y está experimentando con la Godello. Además tiene intención de plantar algunas de las cepas ancestrales recuperadas por su familia en Catalunya.