En palabras de Josep Guinovart (1927-2007), uno de los máximos representantes del informalismo, “el vino siempre me ha sido una canción muy próxima”. Lo decía, según Maria Guinovart, porque era aficionado y gran conocedor de vino pero también porque lo consideraba “fermento de vida”, juntamente con la tierra, el viñedo y la cepa, que lo reconectaban con las raíces de su villa adoptiva, Agramunt. La belleza del paisaje del Penedès lo captivó y creó más de 30 obras de temática vitivinícola, que expuso el 2007 en el museo Vinseum de Vilafranca del Penedès en la fue una de las exposiciones más importantes de su trayectoria artística y vital, y la última que hizo en vida.

Las ocho obras seleccionadas, cedidas por coleccionistas privados, bodegas y el Espai Guinovart, muestran el vino como una forma de expresión, en un abanico de colores rojizos, con manchas y goteos, pero también ocres, verdes y azules de la tierra y el paisaje. Lejos de querer recrear la naturaleza y fiel a su lenguaje plástico, Guinovart incorpora en sus obras elementos propios del mundo que recrea, como son aquí las cepas, las uvas, las botellas y las copas, y también la tierra.

Para Maria Guinovart, la pieza que mejor simboliza el paisaje que rodea la bodega Jean Leon –convertida ahora en la etiqueta del nuevo Vinya La Scala– es ‘Els ceps i la nit’, que evoca un viñedo viejo en todo su esplendor envuelto en los azules profundos de una noche de luna llena. “Es una de las piezas más emblemáticas de la obra de Guinovart, con sus azules y ocres tan característicos y los relieves que aquí son cepas; captura la poesía de este paisaje que tanto lo atrapó”.

De la misma manera que Josep Guinovart conectó con el vino y su paisaje, Jean Leon tenía una sensibilidad especial con el mundo artístico. Más allá de su vinculación con el cine, a finales de los años setenta empezó a plasmar el arte en las etiquetas de algunas añadas especiales, aunque no fue hasta mediados de los noventa cuando se convirtió en una práctica habitual para vestir los Vinya La Scala.

Artistas como Josep Maria Subirachs, Antoni Tàpies, Joan Hernández Pijuán, Waltraud Maczassek o Javier Mariscal, entre otros, han colaborado con Jean Leon a través de las etiquetas de este gran reserva. Guinovart lo ha hecho por partida doble, ilustrando la añada 1996 con la obra ‘De la tierra a la luz’, que evoca la tierra con texturas y colores cálidos y que también está expuesta en la bodega, y ahora la 2015 con una obra que habla del viñedo con colores más vivos y cepas incrustadas.

Jean Leon Vinya La Scala es, por lo tanto, la simbiosis máxima entre el vino y el arte. Un conjunto harmonioso tanto por fuera como por dentro, del que Mireia Torres y Maria Guinovart están especialmente satisfechas. Es un vino de pequeña producción, que ha ido evolucionando a lo largo de los años en cuanto a la vinificación. La añada 2015 fue seca y con temperaturas frías las noches del período de maduración. El resultado es, según Mireia Torres, “un vino muy expresivo, con notas de garriga, de hierba seca mediterránea, notas especiadas, y toques de ciruela y cereza. En boca, es goloso y voluptuoso, con unos taninos elegantes y una buena acidez, y con gran capacidad de envejecimiento”.

La exposición ‘Ser viña’ se podrá ver en Jean Leon hasta el 15 de febrero, como parte de la visita a la bodega, ubicada en el municipio de Torrelavit, de lunes a viernes de 10h a 18h y los sábados, domingos y festivos, de 10h a 15h. Se recomienda hacer reserva previa de la visita enviando un correo electrónico a visitas@jeanleon.com o llamando al 93 817 76 90.

Sobre Jean Leon

Jean Leon es una pequeña bodega del Penedès, fundada en 1963 por el cántabro Jean Leon (nacido como Ceferino Carrión), un visionario que materializó sus dos grandes sueños: abrir el restaurante más lujoso de Hollywood y elaborar un vino exclusivo para deleitar a su selecta clientela. La bodega, propiedad de la Familia Torres desde 1994 y dirigida desde 2010 por Mireia Torres, fue la primera en elaborar un vino monovarietal de cabernet sauvignon en España y en obtener el reconocimiento de ‘Vi de Finca’ en el Penedés para cuatro de sus vinos, la máxima distinción que otorga la Generalitat de Catalunya. Con 65 hectáreas de viñedo en propiedad, todos sus vinos están certificados como orgánicos desde la añada 2012 y se exportan a más de 40 países.