07 julio 2020
Una carta de vinos es un listado que recoge toda la oferta de bebidas de un establecimiento de restauración. Es la tarjeta de visita a la bodega que el restaurante ofrece al cliente, por lo tanto, su diseño, estructura y selección de vinos nos muestra qué clase de establecimiento es. Es un elemento al que darle la importancia que corresponde, pero es cierto que existe un debate alrededor de éste y tiene que ver con el precio, ¿debe añadirse o no el precio del vino que vamos a comprar?
Hay quien opina que se debe poner, siempre y cuando se venda por copa, pero que hay que tener cuidado a la hora de vender así, porque debemos disponer de un sistema de conservación muy importante que puede afectar al coste del mismo, en cambio a la botella, optan por no ponerle. La tendencia de los restaurantes es a no ponerlo, pues normalmente suele dar pie a una serie de quejas relacionadas con el precio del mismo. Además de que no ponerlo implica desinformación para el cliente y que se lleve tremendas sorpresas a la hora de pagarlo todo, supone falta de transparencia por parte del establecimiento, ya que siempre debería mostrar sus precios. Más adelante te contamos por qué.
José Peñín, un gran experto vitivinícola opina que es un debate que da pie a muchas quejas, sobre todo a aquellos que comparan cifras: “Un cliente puede decir que no tolera comprar un blanco de Rueda a seis euros en tienda y que en un restaurante se lo cobreN a 20 euros”, explicó en su artículo ‘Los precios de los vinos en un restaurante’. Sin embargo, es cierto que en lo que a un plato de comida se refiere, el cuestionamiento de lo que cuesta prepararlo nosotros mismos y lo que se nos cobra en el restaurante no suele aparecer, salvo excepciones, pero no solemos pensar en que ese plato si lo hacemos nosotros mismos nos saldría más barato.
¿Está bien esa queja?.. A la hora de degustar un plato en nuestra mente está la elaboración del mismo, el producto, el almacenaje, la comodidad de que lo traigan a la mesa y por ello no nos lo planteamos. No obstante, en el vino, ¿no debería ser la misma cuestión? Seguimos teniendo los costes de producción, de almacenamiento y el propio beneficio que se deba llevar el restaurante.
La estrategia de los restaurantes en estas cuestiones es la de establecer precios que oscilan entre los 19 y 40 euros la botella, con costes de compra al distribuidor por parte del restaurante de entre 3 y 15 euros. Aunque puede parecer un margen de beneficio muy elevado, lo cierto es que la botella de vino se reparte entre cuatro comensales de moderada a casi baja ingesta. “Mi opinión es que a los precios de coste no se les cargue más allá del 20-25%, siempre y cuando el margen de beneficio para el restaurante no sea inferior a 20 euros, cualquiera que sea el coste de la botella”, señaló José Peñín.
Pero para resolverles esta duda y disponer de una vez por todas de los precios del vino que vamos a consumir, destacamos los derechos que tenemos como consumidores recogidos en el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) número 287. Esta ley expresa que “todos los establecimientos de restauración deben exhibir los precios de sus productos y servicios, a través de cartas o listas ilustradas en los espacios del local”, por lo tanto, efectivamente, tienen la obligación de mostrar el precio de sus cartas, incluidos los vinos.
Además, deben esclarecer las cláusulas y condiciones relacionadas a esos costes y servicios, por ejemplo, si nos cobran más por un servicio en la terraza, debe estar aclarado. En esta norma también se incluye que sean correctamente legibles, ya sea en la carta y/o en un cartel por fuera de modo que el cliente sepa en todo momento lo que va a pagar y por qué. ¿por qué entonces algunos restaurantes se niegan a incluir los precios en sus cartas de vinos? Aunque este punto a tratar es claro y puede favorecer tanto a consumidores como a empresarios, lo cierto es que son muchos los establecimientos que no cuentan con lista de precios visibles para los consumidores.
Miembros del equipo de GastroCanarias ya ha estado en unos cuantos así, y creemos que todo restaurante tiene que tener, obligatoriamente, una carta de vinos adecuada a su categoría y oferta, con sus precios, tanto de los platos como de los vinos. Es una información obligada legalmente y que merecemos disponer.
¿No creen que es mejor optar por la honestidad y veracidad desde el principio? ¿Qué opinas tú con respecto a la carta de vinos de un restaurante, te parece correcto que no la tengas a disposición de su clientela, o que la tengan sin que aparezca el precio de la botella? En GastroCanarias tenemos en cuenta tu opinión, así que, por favor, nos gustaría que nos dejaras en los comentarios tu reflexión.